Un día fui con mi familia a pasear al campo y cuando llevábamos un buen rato caminando salió un conejo de nuestros pies que nos asustó y un perro había corrido detrás de él.
El conejo le hacía quiebros hasta que llegó a su cueva donde se coló el perro, que no podía frenar. Clavó la cabeza en la cueva y tuvimos que ayudarlo para poder liberarlo.
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