Hace muchos siglos, vivió un rey que se llamaba Midas. Un día, ayudó a Sileno, un dios de los bosques. En agradecimiento, el dios le prometió concederle lo que le pidiera. Midas, codicioso y necio, le pidió el poder de convertir en oro todo lo que tocara. Sileno se lo concedió: Midas transformaba en oro todo lo que sus manos tocaba. Midas fue a su casa y convirtió a su novia en oro. Después fue a buscar a Sileno para que le quitara ese poder y le pidió que todo lo que tocase quedara normal y así lo hizo. Se fue a su casa rápido y su novia había recuperado su forma anterior. Así ya estaba en paz.
que guapoooooooooooooooo
ResponderEliminarQue chuli el cuento .
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